21 - Quindío 2050: Joven, Rico y Poderoso - Prospección estratégica para el desarrollo territorial del Departamento
Quindío 2050: Joven, Rico y Poderoso - Prospección estratégica para el desarrollo territorial del Departamento
Mi vínculo directo con el Quindío inicio el jueves 28 de enero de 1999, al llegar de Bogotá en un vuelo Hércules (de píe). Tras la declaración de la emergencia económica del viernes 29, inicié mi labor en el Fondo para la Reconstrucción y Desarrollo del Eje Cafetero (FOREC). Este intenso periodo de reconstrucción concluyó en julio de 2002 con la liquidación del Fondo, fecha en la que retorne a Bogotá.
Ese periodo de trabajo sentó las bases para la decisión familiar de establecer nuestra residencia en el departamento, como lo hicimos en el 2022, encontrando un Quindío cosmopolita, convirtiéndonos en Quindianos por adopción, como decía en su momento Ancizar López López, “Quindiano es aquel que merca y compra en el Quindío”.
Coincidiendo con las épocas electorales de presidencia
y regionales, observé que las elecciones locales se caracterizaban por un
exceso de candidatos con propuestas emocionales, carentes de sustento técnico y
financiero. Esta visión cortoplacista se reflejaba en los Planes de Desarrollo,
elaborados con perspectiva inmediatista y sesgados por intereses electorales.
Ante esta realidad, me surgió la necesidad de
recolectar y analizar información con estadísticas oficiales, publicaciones y
reuniones, con el objetivo de plantear un ejercicio de prospección al año 2050.
Este análisis aborda temas fundamentales como población, economía, educación,
agricultura y turismo. La síntesis de este ejercicio se resume en una pregunta
central: ¿Quindío joven, rico y poderoso?, la cual podemos desglosar así:
Joven (la gente) El Quindío experimenta una acelerada transición demográfica,
alejándose del modelo de familias numerosas. Siendo pionero en Colombia al superar el umbral del grupo
poblacional mayor de 60 años que sobrepasa al de menor de 19 años. Se proyecta que para 2029 la población de la tercera edad
superará significativamente a la joven, lo que consolida una rápida pérdida del
relevo generacional. Paralelamente, disminuye
constantemente el número de miembros por hogar.
Rico (la economía) El departamento ha sufrido un marcado declive socioeconómico
desde finales del siglo XX. Su participación en
el Producto Interno Bruto (PIB) nacional cayó del 1.8% a finales de los 90 a
solo el 0.8% en 2023. Este retroceso es más
evidente en el ingreso per cápita, descendiendo del sexto lugar nacional al
puesto 17 en 2023.
A pesar de
enfocar su estrategia de desarrollo en el sector turismo y tener indicadores de
competitividad superiores al promedio nacional (Quindío en el puesto 9, Armenia
en el puesto 11), esto no se ha reflejado en la recuperación del PIB ni en la
mejora de los indicadores de bienestar.
Poderoso (lo público y lo privado) - Con respecto a la representación a nivel nacional, desde la creación
del departamento se encuentran dos épocas generacionales muy marcadas
Siglo pasado: El Quindío fue poderoso a nivel
nacional. Llegó a tener un presidente del Congreso, tres ministros de Estado,
el director del Banco de la República, y presencia en la Corte Suprema de
Justicia, el Consejo de Estado y la Corte Constitucional, incluyendo presidentes
en estas altas cortes. Contaba además con tres senadores y cuatro
representantes a la Cámara. La presencia industrial también fue importante, con
empresas como Grupo Vigig, Leonisa, Trianon, Maizena, Indumetal, las
trilladoras del Quindío, y Bavaria (que cerró operaciones en 2000).
Siglo XXI: Tras la Constitución de 1991, la
representación se redujo a tres representantes a la Cámara y un senador en
algunos periodos. Se ha tenido un solo ministro y no se han logrado
presidencias de comisiones constitucionales permanentes. La representación en
las altas cortes desapareció completamente. El Quindío está mal posicionado en
el reporte de las 10.000 empresas del país. La representación en direcciones
gremiales nacionales ha sido nula, logrando solo la presidencia de ANATO tras
más de 20 años.
La ruptura del pacto cafetero, la pérdida de
importancia industrial y los cambios constitucionales de 1991 llevaron al
Quindío a pasar de ser un departamento de primera categoría en el siglo pasado
a uno de tercera en este siglo (junto con Sucre, Huila, San Andrés, Magdalena y
Casanare).
Hacia la prospección 2050:
Reflexiones y desafíos –
Los
artículos anteriores pretendían generar conciencia al interior del departamento
que obligara a pensar en una prospectiva y planeación a largo plazo, basada en números y no en pasiones.
Objetivo que consideramos cumplido.
En
el foro del agua realizado por la Cámara de Comercio, con presencia de las
empresas de servicios públicos, se hablo de la necesidad de proyectar los
servicios hasta 2050. Tanto es así que para el 29 de octubre ProQuindío y
Camacol tienen programado el evento "Visión 2050 — Construyendo el futuro
del territorio". Además, ya circula el borrador de un convenio
interadministrativo liderado por la Gobernación del Quindío, la Alcaldía de
Armenia y la Universidad del Quindío, con vinculación de varias entidades del
sector privado, enfocado en "la elaboración de un Estudio Prospectivo
Estratégico que establezca el escenario apuesta para el Departamento del
Quindío y su capital Armenia al año 2050".
El lema “Joven, Rico y Poderoso” ahora refleja
las brechas entre las aspiraciones históricas y el presente demográfico,
económico y político del Quindío.
Aportes a la discusión - Hacia dónde
vamos:
Repensar el paradigma generacional. No podemos seguir planificando el
futuro del Quindío con paradigmas del siglo pasado. Se requiere un diálogo intergeneracional
que incluya nuevas concepciones de vida y familia, para adaptarse a las transformaciones
sociales. La pregunta clave es: ¿estamos cómodos como estamos o podemos y
necesitamos mejorar?
Redefinir las relaciones públicas y privadas. El desafío no es solo técnico,
administrativo, político y social. Es indispensable replantear las relaciones
entre lo político, lo público y lo privado, preguntando: ¿quién está al
servicio de quién? ¿Cómo se articulan la sociedad civil y el nivel gremial en el
desarrollo territorial? ¿Cuál es el nuevo contrato social que debe emerger para
el Quindío en 2050?
Activar el sector privado. El sector privado debe trascender
su rol de simple contribuyente. Su responsabilidad evoluciona hacia la participación
activa en la definición de políticas públicas, la innovación territorial y la
generación de valor agregado.
Rescatar esfuerzos previos: Se deben
recuperar esfuerzos de planificación anteriores, como los estudios JICA y la
visión Quindío 2020. La Ley 1712 de 2014 permite consolidar suficiente
información estadística para un diagnóstico inicial.
Gestionar la relación con el gobierno nacional. Esta relación debe abarcar varios capítulos:
·
Ley 1803 de 2016: Relacionada con la conmemoración de
los cincuenta años del departamento, la única terminada y otra a medio ejecutar
es la construcción de las dobles calzadas Armenia-Calarcá y Armenia-Montenegro
Quimbaya. ¿Y el resto? ¿Quiénes son los dolientes?
·
Proyectos estratégicos: Los proyectos incluidos en el Plan
de Desarrollo para 2023-2026, relacionados con inversión en infraestructura
quedaron en veremos.
·
Nuevas realidades presupuestales: Cada vez será más difícil solicitar
recursos al gobierno nacional, especialmente por la modificación del sistema
general de participaciones. Debemos dividir esta discusión en dos aspectos: la
suerte de las dobles calzadas existentes o por construir —responsabilidad
exclusiva de la nación— y los proyectos estratégicos regionales que necesitan inversiones
nacionales con visión a largo plazo.
Fortalecer la visión territorial. Nuestra relación con el Eje
Cafetero y nuestros departamentos hermanos, a veces tormentosa, se debería
discutir a fondo para encontrar puntos en común y discordancias, con las cuales
el departamento deberá trabajar solo. Así, la posición estratégica del Quindío
nos obliga a tener una relación y visión más directa hacia el Océano Pacífico,
mirando hacia el Valle del Cauca.
Ser sincero con los números. Debemos sincerarnos con las cifras
y las capacidades presupuestales, no solo respecto a los montos de presupuesto
anual, sino después de revisar los gastos de funcionamiento, determinar qué
recursos se destinan a inversión, cuánto a infraestructura y cuánto a contratos
de prestación de servicios.
Redefinir el territorio. Una de las primeras tareas es
redefinir el territorio a través de los Planes de Ordenamiento Territorial.
Debemos cuestionar: ¿cada municipio de forma independiente? ¿La generación de
un área metropolitana? ¿El desarrollo del Artículo 302 de la Constitución?
Estas discusiones deben llevarnos a definir cuál es el verdadero rol de la
Gobernación del Quindío: ¿fungir como ente coordinador y planeador entre el
gobierno nacional, el departamento y los municipios, o actuar como un municipio
trece sin territorio salvo el edificio?
Evitar la complacencia. La autocrítica es necesaria y
debemos evitar que este ejercicio se convierta en un simple comité de aplausos.
Con el tiempo se han construido escenarios y grupos de poder cada vez más
cerrados. Es necesario abrir los espíritus y encaminarlos al bien común.
Repensar la matriz económica. Procede preguntarnos si mantenemos
la apuesta al turismo, reorientando el enfoque de la cantidad a la calidad, o
si es imperativo diversificar la matriz económica explorando el potencial
industrial o, capitalizando la riqueza humana del departamento. Esto es
relevante en un mundo cada vez más dominado por la internacionalización, la
tecnología, la conectividad y la inteligencia artificial.
Redefinir el ADN productivo. Es momento de redefinir o validar
el ADN productivo del Quindío para recuperar su dinámica económica, preservando
su concepción fundamental como departamento verde.
Pensar en las futuras generaciones. El futuro del Quindío dependerá de
que sus acciones se dirijan tanto a mejorar la generación actual como a
construir un buen futuro para las nuevas generaciones. Su devenir no puede ser
solo las próximas elecciones.
Vinculación de la juventud. Es indispensable la vinculación de
la juventud y las nuevas generaciones, generando condiciones para que los
jóvenes quieran y puedan quedarse, y no solo convertirse en generadores de
remesas desde el exterior. También es necesario crear condiciones para su
regreso.
Rol de la academia. La participación de la academia es
relevante en esta discusión. Las universidades concentradas en la RED IQ deben
replantearse el futuro de nuestros estudiantes.
De la teoría a la acción. Debemos ser conscientes de que este
ejercicio Quindío 2050 no puede convertirse en un simple documento con
recomendaciones que quede guardado en los anaqueles. Es un ejercicio lento y
tortuoso de ajustes, negociaciones, concertaciones y errores. No debemos esperar
soluciones sacadas del sombrero, sino que deben ir concretándose con resultados
y acciones en el tiempo. Menos elucubraciones y más acciones.
Conclusión
El Quindío 2050 no será resultado de fuerzas externas,
sino el producto de las decisiones que se tomen o se dejen de tomar en los
próximos años. La historia juzgará no por las intenciones, sino por las
acciones, el camino apenas empieza.
petosena@gmail.com - https://jorgealbertoserna.blogspot.com/
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